La polaridad de las moléculas que conforman la superficie a ensamblar, es la primera clave para explicar porque los adhesivos se adhieren. A este fenómeno se lo llama interacción dipolo-dipolo que consiste en la atracción entre el extremo positivo de una molécula polar y el negativo de otra. A mayor polaridad se produce una interacción de fuerzas de atracción o repulsión más intensa que condicionan la adhesividad de un adhesivo. Las fuerzas de van der Waal, más débiles que la interacción antes mencionada, también contribuyen a las propiedades adhesivas, especialmente en adhesivos no polares como el poliestireno y a la capacidad de un simpático animalito parecido a una lagartija llamada Gecko, de pasearse alegremente de cabeza sobre superficies lisas y escalar paredes de vidrio (aparentemente lisas). Ahora bien, si el agua es polar, podemos asumir que también se adhiere sobre un sinfín de sustratos. La segunda clave que explica la capacidad de adhesión, son las interacciones química y...
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